¿Cuándo no hemos escuchado un "¡sonríe, que todo pasa!"?
¿Cuántas veces hemos dicho eso a los demás, pero ni siquiera hemos tenido el valor de decirlo a nosotros mismos?
"Las cosas pasan, y es verdad" pero... "¿TODO ESTO TENGO QUE AGUANTAR?"
Esas palabras resuenan en mis oídos como olas de mar, palabras que muchas veces hemos querido evitar o que simplemente dejamos atrás.
Debemos admitir que no es fácil dejar el enojo, el resentimiento o la frustración de lado, pero wooow no somos tan perfectos como para poder perdonar rápido, aún sabiendo que lo deberíamos hacer Y SOBRE TODO, ¿CUÁNTO NOS CUESTA OLVIDAR LO MUCHO QUE SUFRIMOS?
Recuerdo algo que leí: "Las cosas - que llamamos malas - no deben dejar de pasarnos. Siempre tiene que existir algo malo para poder vivir realmente nuestra vida"
Ustedes se preguntarán o dirán: ¿De qué está hablando?